lunes, 19 de septiembre de 2011

El Remendón

El remendón es un excelso miembro de la fauna ciudadana, que cumple una función esencial para la naturaleza humana: pues ya lo dice el adagio antiguo, errar humano es y nada mejor para un yerro que acertar con un remiendo. Pero he aquí que el remendón por excelencia, un tal Muñón, resultó ser un tipo dado a la puntada tonta y el parche súbito. Y lo que se hace a tontas y a bobas, ya se sabe, o no sirve para nada, o en vez de ayudar hace lo contrario. Muñón se hizo de oro con la inmensa cantidad de recados que recibió, pues tal era el desaguisado que ha venido cociéndose en ese fuego alimentado a base de Calíspigos, lobos, ovejas, perros y amos, que todo acababa zurcido por sus manos. Y ahora recogemos lo que hemos sembrado: sin seso los que tejieron la tela, sin seso los que la compraron, sin mesura ni perdón los que la arruinaron, hubo que hacer un remiendo y claro... malas mientes, malas manos. Muñón aquí y allá: un zurcido sobre otro, un remiendo a lo remendado... y al final no hay ya tela sólo remiendos, zurcidos: qué chapuza señores. Mejor apaga y nos vamos. Pero siempre hay algo peor, ahora Muñón goza destrozando él mismo más la tela, pues sabe que a mayores daños, a él van mayores labores, mayores dineros; y mientras los demás a balar ovejitas. Lástima, tres veces lástima.

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